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miércoles, 1 de junio de 2016

3º ESO. Resumen del tema 8. Sostenibilidad medioambiental.

Problemas medioambientales, factores y soluciones

Las actividades humanas modifican profundamente el medio natural. La intensidad de esta intervención está relacionada con varios factores, como el crecimiento de la población, que conlleva un mayor consumo de recursos naturales; la tecnología actual y la disposición de energía en grandes cantidades, que permiten modificar el medio mucho más que en el pasado; y la existencia de una sociedad de consumo, basada en la producción continua de bienes, lo que exige un aporte constante
de materias primas y energía.

En la actualidad, los principales problemas medioambientales son:
1. la contaminación atmosférica, que alcanza tales niveles que, para la mayoría de los científicos, está provocando un cambio en el clima de la Tierra; 2. la contaminación del agua y el consumo excesivo de este bien; 3. la deforestación de muchos lugares del planeta y, con ella, la pérdida de biodiversidad; y 4. la degradación del suelo y el avance de la desertización.

Para muchos expertos, alcanzar un desarrollo sostenible, es decir, compatibilizar el crecimiento económico y la preservación de los recursos naturales, es posible si se adoptan ciertas medidas. Para otros, esa compatibilización no es posible si no se reducen los niveles de consumo actuales. En cualquier caso, en lo que sí están todos de acuerdo es en la necesidad de políticas internacionales, pues los problemas ambientales no entienden de fronteras y afectan a todo el planeta. Estas políticas
completan las medidas de ámbito nacional que establece cada país y que tienen tres objetivos básicos: proteger los espacios de alto valor ecológico prohibiendo ciertas actuaciones, prevenir a partir de la evaluación del impacto ambiental de las actividades humanas, y recuperar los espacios
deteriorados.

1. Contaminación de la atmósfera y cambio climático
La contaminación atmosférica se produce al añadir a la atmósfera ciertos gases como resultado de la actividad humana. Estos gases pueden generar problemas medioambientales, como el efecto invernadero, que eleva la temperatura del planeta; la lluvia ácida, que destruye las plantas y aumenta la acidez de las aguas de ríos y lagos, amenazando a las especies acuáticas que albergan; la bruma fotoquímica o smog, que irrita los ojos y los pulmones; y la desaparición de la capa de ozono, que nos protege de los rayos ultravioletas del Sol más nocivos. La mayoría de los científicos están de acuerdo en que la contaminación atmosférica es tan intensa que está modificando el clima de la Tierra.
Atajar la contaminación atmosférica exige actuaciones internacionales, como el Protocolo de Montreal, por el cual casi todos los países del mundo se comprometieron a reducir la emisión de gases destructores de la capa de ozono, y el Protocolo de Kioto, firmado por varios países para limitar la emisión de gases de efecto invernadero.

2. Contaminación y consumo excesivo del agua
El agua dulce es un recurso renovable pero escaso y desigualmente distribuido. Desde mediados del siglo xx, el consumo de agua mundial se ha triplicado y casi la mitad de la población mundial se enfrenta a una situación de uso excesivo del agua, que se produce cuando el consumo es superior a la cantidad de agua disponible en un lugar. Además, muchas actividades humanas contaminan las aguas, como los vertidos de petróleo, que afectan fundamentalmente al mar; el uso de abonos y pesticidas en la agricultura, que disueltos con el agua de lluvia y de riego llegan a ríos y acuíferos; los residuos urbanos e industriales que se vierten a ríos y mares sin depurar; la sobreexplotación de acuíferos próximos a la costa, que se contaminan con sal marina; y la lluvia ácida. Para garantizar el suministro de agua los gobiernos construyen obras hidráulicas, como embalses, trasvases y plantas desalinizadoras, y adoptan diversas medidas para reducir el consumo de agua y para frenar su
contaminación.

3. Deforestación y pérdida de biodiversidad
La deforestación es la pérdida del bosque por la acción humana. Afecta a todos los bosques del planeta, pero el problema es más grave en las extensas pluvisilvas de la zona intertropical por tres motivos principales: acogen a más de la mitad de las especies animales y vegetales del mundo; al desaparecer los árboles, el suelo queda expuesto a la fuerte radiación solar de los trópicos y puede quedar inservible; y absorben una parte notable del dióxido de carbono, un gas de efecto invernadero, a través de la fotosíntesis de las plantas.
La biodiversidad, o número de especies de seres vivos, no solo se ve amenazada por la deforestación; también lo está por la sobrepesca, la caza incontrolada, la pérdida de ciertos hábitats naturales y
el calentamiento global. Por eso es importante controlar las talas y crear santuarios de animales.

4. Degradación del suelo y desertización
La degradación del suelo significa la pérdida de su fertilidad causada por la erosión, la falta de nutrientes y la contaminación. En los casos más extremos, la tierra puede llegar a convertirse en un desierto (desertización).

Existe una erosión natural provocada por el viento y la lluvia, pero las personas intensifican los procesos erosivos al eliminar directamente las plantas, cuyas raíces evitan el arrastre del suelo, o mediante el pastoreo excesivo. Asimismo, contribuimos, por ejemplo, a la pérdida de los nutrientes del suelo con prácticas de cultivo intensivas, y a su contaminación mediante el uso de pesticidas en la agricultura o el vertido de residuos tóxicos industriales. La reforestación, el uso de abonos ecológicos, la rotación de cultivos y otras prácticas agrícolas que permitan explotar la tierra sin agotarla son algunas formas de frenar la degradación del suelo.

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